Iniciando una vida con Brackets

Hace algunas semanas atrás estaba pensando realizarme algún tratamiento de ortodoncia, todo para mejorar mi apariencia y mejorar mi sonrisa, ya que un poco fea se ve. En esto me doy cuenta que el tiempo a pasado y ya no soy tan joven para experimentar una vida con brackets, ya que es común que los chicos de entre 14 y 16 años son los más idóneos para este tipo de tratamientos. Y en mi caso como ya sobrepasé esta edad me puse a pensar, que si sería correcto poder realizarme este tratamiento.

Las imágenes de mi mismo con brackets inundaron mi cabeza durante mucho tiempo, me imagine al típico nerd con los típicos brackets metálicos, hasta me pude ver como aquel típico adolescente riendo con los brackets mojados, algo que no me agradaba mucho (ya que no soy adolescente). Pero al final me convencí a mi mismo que vivir al rededor de 2 años con brackets seria la mejor inversión que podría hacer en mi apariencia y mi sonrisa.

Buscando una Clínica Dental

Después de decidir vivir con brackets por culpa de mis malditos dientes chuecos, me puse a cotizar el monto que podría gastar en este tratamiento, al final de buscar por dos días en toda mi ciudad, elegí una clínica que se encontraba razonablemente accesible a mi billetera, pero también me convenció una de las dentistas jóvenes que trabajaba allí, esta dentista estaba muy linda y sabrosa y además no solo ella, sino también la recepcionista que estaba un poco gruesa pero bien proporcionada.

Comenzando El Tratamiento.

No conozco a profundidad las cosas metálicas que pusieron en mi boca el primer día de tratamiento, lo que puedo describir es que fueron 4 soportes colocados estratégicamente en mi boca, dos de ellas en las muelas superiores y las otras dos en las muelas inferiores, como me explicaron, éstos serían los soportes para los brackets.

Después de una semana o mejor dicho de dos semanas (ya que la doctora se enfermo de diarrea y no pudo atenderme) me pusieron los brackets en la parte superior y después de otra semana me pusieron finalmente el bracket de la parte inferior. Para describirlos mejor pongo imágenes que valen más que mil palabras.

Se que los dientes se ven bien feos pero no es mi culpa, la culpa es de mis padres, ellos nunca me dijeron que morder mis canicas podrían doblar mis dientes, no me dijeron que morder a mis novias podría algún día doblar mis dientes.
Pero el camino ya está marcado de ahora en adelante solo me queda vivir con los malditos brackets.